A día de hoy nos encontramos en plena revolución LED. Las aplicaciones se multiplican, los avances se suceden uno detrás de otro y se abren nuevas sendas para una tecnología que no deja de sorprendernos. Uno de los caminos que ha tomado esta revolución es pasar de las grandes dimensiones al pequeño detalle.
Los televisores son un buen reflejo de esta reciente progresión. Los televisores “de tubo” ocuparon nuestras casas durante más de 70 años. Fue a finales del siglo XX cuando aparecen dos nuevas tecnologías (con alguna que otra variante), el plasma, y el LCD. A partir de 2013, tuvieron que convivir también con el OLED. Con la llegada de los smartphones y el florecimiento de los dispositivos digitales, el OLED se ha ganado su sitio en el mercado, pero han llegado nuevos competidores a esta escena: el miniLED y el micro LED.
¿En qué se diferencian estas tecnologías?
La tecnología OLED (diodo orgánico emisor de luz) llegó para reemplazar al plasma o el LCD. La principal diferencia con ellas es que en el OLED, cada píxel es independiente y se ilumina por sí mismo, sin necesidad de una luz de fondo. Ésto resulta en negros mucho más profundos, y en un ahorro considerable de energía respecto a sus predecesoras. En resumen, forman una película orgánica a base de carbono que se coloca entre dos conductores y, cuando pasa una corriente eléctrica, emite luz. El problema de esta tecnología reside en su corta vida útil.
El Mini LED (diodo emisor de luz submilimétrico), hace referencia a los LED con un tamaño de aproximadamente 100 micrómetros. Cuando hablamos de Mini LED no hablamos de una nueva tecnología, sino a una versión mejorada de una tecnología ya existente. Puede considerarse un paso intermedio entre el LED tradicional y el Micro LED
Por último, pero no menos importante, llegamos al Micro LED, la promesa del 2019. Es una tecnología de visualización de nueva generación, un LED miniaturizado con matriz, siendo la unidad de LED menor de 100 micrómetros. Cada píxel es direccionado individualmente y dirigido para emitir luz, al igual que OLED. Aunque esta tecnología es más delgada, miniaturizada, simplificada y con un mejor rendimiento, su puesta en venta supone un desafío en lo que a la transferencia masiva se refiere: las pantallas 4K Micro LED requieren más de 24.88 millones de chips LED.
¿Qué pasará en el mercado?
La tecnología OLED está todavía lejos de desaparecer, sin embargo, se verá amenazada por estas nuevas adquisiciones. El mercado de Mini LED es prometedor en los próximos dos o tres años, en los que se prevee una llegada real al mercado de productos con este formato. Sin embargo, las previsiones más prometedoras son las de Micro LED, que con suerte se convertirá en una revolución. Aún tendremos que esperar un par de años para ver productos con Micro LED integrados en el mercado, pero lo que tenemos seguro es que estos productos ya están de camino.
¿Qué va a cambiar?
Una característica muy particular tanto del OLED, como del Micro LED, que ha comenzado a trabajarse recientemente es la flexibilidad. Esta propiedad permitirá abrir paso a la iluminación LED en nuevos campos, y multiplicar sus aplicaciones. En los últimos meses hemos podido ver propuestas muy curiosas.
Varios fabricantes de dispositivos móviles (LG, Huwaei o Samsung) han presentado modelos de smartphone que pueden cerrarse y desplegarse, pantalla incluida, como un libro.
LG ha presentado un televisor que puede enrollarse y desenrollarse como una persiana, y combinaciones de la tecnología con cristales.
Y estas novedades también van a abrir un nuevo camino en packaging de productos, como se ha demostrado en la etiqueta de la botella Lyteus, que consta de un panel OLED flexible en la etiqueta que se ilumina para mostrar el logo.
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